Cada vez que escucho a un hombre relatar cómo conoció a su pareja, le pregunto qué fue lo que verdaderamente lo atrajo hacia ella. Curiosamente, muchos coinciden en que, más allá del físico, lo que resultó un verdadero imán fue la confianza que esa chica proyectaba.
Me pregunto cómo se ve, cómo se percibe, cómo se siente la confianza. Qué gestos la delatan, qué tipo de mirada tiene una mujer segura de sí. Es imposible definirlo de una sola forma, cada ser humano es una infinita combinación de posibilidades; lo que sí entiendo es que uno puede percibir cuando falta esa confianza, porque la comunicación no fluye, porque la energía que recibimos del otro está distorsionada, disminuida o en conflicto.
He pensado que en el centro de una actitud de confianza está la conciencia de saber quién se es, de aceptarse y amarse sin condiciones, de saber que una puede expresar su ser libremente, que no es necesario adoptar máscaras o poses para cumplir con lo que otros esperan, o incluso para satisfacer las demandas de la criticona que llevamos dentro. Si una está trabajando en ello, lo más probable es que el hombre que se acerca lo haga atraído por esa armonía.
El camino hacia la confianza en una misma no está trazado, hay que construirlo y allanarlo a diario; las herramientas las llevamos dentro, sólo hace falta descubrirlas. Para ello te propongo un ejercicio:
Revisa en qué aspectos de tu vida, en qué ámbitos, momentos, grupos o roles te encuentras más segura y libre de mostrarte como eres, de expresar lo que piensas y compartir lo que sientes. ¿Qué tienen en común esos espacios o momentos? ¿Por qué te sientes segura en ellos? ¿Son los demás, eres tú, es una combinación de ambos? Anótalo en la página izquierda de un cuaderno.
Del lado derecho anota en qué momentos te encuentras temerosa de mostrarte como eres, en qué situaciones o en compañía de quién te sientes insegura de tus pensamientos, qué tipo de circunstancias te hacen sentir amenazada. Pregúntate qué tienen en común esos momentos situaciones, por qué sientes la necesidad de protegerte. ¿Qué rol tomas en situaciones así? ¿De dónde viene ese miedo?
Una vez que tengas el diagrama de los dos lados, piensa qué herramientas del lado izquierdo pueden ayudarte en las situaciones del lado derecho; ponlas en práctica y revisa cómo vas sintiéndote. Lo más seguro es que pronto te encuentres más segura, relajada y consciente de tu valor; eso te pondrá en sintonía contigo misma y verás que, sin importar cuánta producción inviertas en tu apariencia, el imán de la confianza en ti misma atraerá a la persona correcta.
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